
Muchos edificios estadounidenses de los años 60 y 70 fueron construidos con refugios anti-bombas por seguridad, pues en aquella época, el temor de una guerra nuclear estaba aún latente y la gente recordaba con miedo los bombardeos que había sufrido Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial.
Las construcciones públicas sobretodo, como escuelas y hospitales, fueron provistas de este tipo de escondites; así como algunas residencias de personas que podían pagar por uno.