
El fotógrafo Alex John Beck fotografió a diez personas, dividió las imágenes y duplicó las mitades de sus rostros para ver cómo serían sus caras si fueran totalmente simétricas.
Se considera que cuanto más simétrica es una cara, más atractiva resulta. Pero si tuviéramos la posibilidad de configurarnos rostros ideales, quizá no resulta tan fácil elegir qué lado querríamos duplicar, a tenor de los resultados del experimento de Beck, que vive y trabaja en Nueva York. Los mismos modelos, al ver las versiones 'perfectas' de sí mismos, se quedaron "sorprendidos" y "desilusionados". "Me sorprendió la diferencia entre los rasgos de cada una de las mitades", comentó su trabajo el mismo fotógrafo.