Bianchi no le encuentra la vuelta a Boca, que volvió a perder, 1-0 con Rafaela, y tiene un solo punto, quedando a ocho del líder. Le hicieron un gol de cabeza, no jugó bien ni tuvo rebeldía para salir del pozo. ¿Qué pasará?
Siempre pasa algo. Negativo, claro. Una desconcentración defensiva, una genialidad rival, puede ser algún error arbitral, pero generalmente problemas propios. Otra vez falló Boca, otra vez sufrió Bianchi, que después del 1-0 miró su papelito para saber quién había perdido la marca esta vez (el Cata Díaz, para el que no lo vio). Y si Angelici dejó en claro en la previa que no le temblaría el pulso para tomar alguna decisión con íconos como el Virrey o Riquelme, que aún no jugó en el año se sigue recuperando, esta saga bien podría tener novedades, las que hubiese tenido con cualquier otro técnico en el fútbol argentino. Porque más allá de otro mal resultado que lo deja con un punto sobre nueve y no en el último lugar porque Quilmes no sumó, lo que se ve es a un equipo desdibujado, que justamente lo que refleja es no ser un equipo.