Hace tiempo que las operadoras de telecomunicaciones han demostrado que tienen una visión un tanto peculiar de Internet. Seguramente porque están muy acostumbrados a cobrar por todo lo que pasa por sus redes, para ellas, el hecho de que cosas tan interesantes como las películas de YouTube o iTunes, o tus mensajes a través de redes sociales, tus fotos, y últimamente tus conversaciones a través de sistemas de mensajería pasen por ellas, sin que ellos se lleven nada, es una injusticia. Y esto es lo que sucede con programas como Line, WhatsApp o Telegram que han conseguido desplazar casi por completo su, en otro tiempo, muy lucrativo negocio de los mensajes cortos por SMS.
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