Primero fue la rata gigante que apareció en una cocina en Suecia. Después, la más pequeña que se metió en un vagón del subte de Nueva York, pero igual causó pánico. Ahora, la paranoia por las ratas llegó a Inglaterra. Cada vez son más y, aseguran los medios británicos, son inmunes a los venenos.
Primero fue la rata gigante que apareció en una cocina en Suecia. Después, la más pequeña que se metió en un vagón del subte de Nueva York, pero igual causó pánico. Ahora, la paranoia por las ratas llegó a Inglaterra. Cada vez son más y, aseguran los medios británicos, son inmunes a los venenos.