El público iba con Tahití. El mundo iba con Tahití. Incluso me atrevería a decir que, en España, amplia parte de la población albergaba cierto aprecio por la modesta selección de la Polinesia Francesa, un equipo amateur con hasta ocho futbolistas en paro.
El público iba con Tahití. El mundo iba con Tahití. Incluso me atrevería a decir que, en España, amplia parte de la población albergaba cierto aprecio por la modesta selección de la Polinesia Francesa, un equipo amateur con hasta ocho futbolistas en paro.