Decidí salir unos días de la ciudad. En cuanto la gente empezó a hablar medio culero y mis pulmones comenzaron a sentir el aire fresco de las montañas, me di cuenta que había llegado con los “Cuates de la provincia”. Un señor me preguntó que de dónde venía, a lo que contesté: “Del D.F.” -“Uy, no lo vaya a decir, que aquí no los quieren” Me contestó mientras paseaba una vaca (O.K. no había ninguna vaca) Pero bueno, el chiste es que no es la primera vez que me lo dicen.
Decidí salir unos días de la ciudad. En cuanto la gente empezó a hablar medio culero y mis pulmones comenzaron a sentir el aire fresco de las montañas, me di cuenta que había llegado con los “Cuates de la provincia”. Un señor me preguntó que de dónde venía, a lo que contesté: “Del D.F.” -“Uy, no lo vaya a decir, que aquí no los quieren” Me contestó mientras paseaba una vaca (O.K. no había ninguna vaca) Pero bueno, el chiste es que no es la primera vez que me lo dicen.