Me está pasando con Chrome lo que me pasó con Firefox hace cinco años. Se ha vuelto pesado. Se ha vuelto insufrible. Es potente, pero es lento. Es como cargar un sistema operativo dentro de otro.
Soy un fiel usuario de Google Chrome. Lo uso sobre todo en Windows. Su sencillez me atrapó desde el primer momento en que lo vi, hace más de cinco años. Prácticamente no uso otros navegadores. Pero desde hace semanas me he dado cuenta de que la rapidez ya no es la especialidad de Chrome.